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Esta receta no deben seguirla los que ya saben hacer arroz y les queda delicioso.  Para los demás, para los principiantes o los que quieren empezar a comer en casa más a menudo, esta es una receta imprescindible.  Recordemos que en muchísimos hogares de oriente, se vive con una olla arrocera eléctrica y se preparan cantidades que duran varios días.  En esas condiciones, es muy fácil preparar sólo otro plato y comerlo acompañado con una porción pequeña de arroz.

Según sea la tradición culinaria, el arroz se prepara comenzando con un sofrito.  Cualquier versión es deliciosa: con ajo, cebolla larga picada o entera, ajo y jengibre, y muchas más.  También agrega sabor variar lo que pones al final: semillas o nueces tostadas o fritas, hierbas, especies o verduras frescas como la cebolla larga pueden mejorar muchísimo la experiencia.   Agregar un pedazo de alga kombu al agua de cocción le añade muchos nutrientes.

El arroz blanco es realmente arroz integral después de blanquearlo: quitarle la piel y dejarle sólo el centro blanco de almidón.  De ahí que pensemos que es más sano el arroz integral que el blanco.  Habría que acostumbrar el paladar después de unas generaciones de consumir solamente arroz blanco.

Esta receta puede hacerse igual con arroz integral, pero recordando que se necesita 1 taza más de agua.

Ingredientes:

  • 1 taza de arroz
  • 1 tallo de cebolla
  • 1 diente de ajo
  • 1 trozo de pimentón
  • 2 tazas de agua
  • 1 cucharada de aceite
  • sal marina

Preparación:

Calienta el aceite y agrega el ajo machacado o la cebolla picada finamente, y el trozo de pimentón.  Sin dejar dorar, agrega el arroz seco y la sal.  Revuelve por 1 minuto.  Agrega el agua y deja hervir.  Cuando esté secando, revuelve el fondo y tapa, bajando el fuego por otros 10 minutos.  Sirve.